sábado, 14 de febrero de 2015

ADORACIÓN DE LAS LLAGAS DE CRISTO

ORACIÓN:  ¡Oh Jesús, Médico Celestial! elevado en la Cruz para curar nuestras llagas con las tuyas! Acuérdate de las contusiones y los desfallecimientos que has sufrido en todos tus miembros; y que fueron distendidos en tal grado, que no ha habido dolor semejante al tuyo. Desde la cima de la cabeza hasta la planta de los pies, ninguna parte de tu Cuerpo estaba exenta de tormentos. Sin embargo, olvidando todos tus sufrimientos, no dejaste de pedir por tus enemigos a tu Padre Celestial, diciéndole: «Padre, perdónalos porque no saben lo que hacen».
Por esta inmensa misericordia, y en memoria de estos sufrimientos, te hago esta súplica: concédenos que el recuerdo de tu muy amarga Pasión nos alcance una perfecta contrición, y la remisión de todos nuestros pecados. Amén.

San Francisco de Asís abrazando a Cristo
A la llaga de la mano derecha.- Adoramos , Señor, la llaga de tu mano derecha, y oor ella te pedimos nos concedas la gracia de hacer siempre buenas obras. Amén.
Padre nuestro...

A la llaga de la mano izquierda.- Adoramos, Señor, la llaga de tu mano izquierda, y por ella te pedimos la gracia de que nunca te ofendamos con nuestras manos. Amén.
Padre nuestro...

A la llaga del pie derecho.- Adoramos, Señor, la llaga de tu pie derecho, y por ella te pedimos la gracia de poder caminar siempre por los senderos que conducen a la vida eterna. Amén.
Padre nuestro...

A la llaga del pie izquierdo.- Adoramos, Señor, la llaga de tu pie izquierdo, y por ella te pedimos la gracia de evitar toda mala compañía y todo lo que pueda arrebatarnos la inocencia. Amén.
Padre nuestro...

A la llaga del sacratísimo costado.- Adoramos, Señor, la llaga de tu sacratísimo costado, y por ella te pedimos la gracia de encontrar siempre rn él un refugio seguro contra las tentaciones y asaltos del maligno enemigo. Amén.
Padre nuestro...

Preces: 
V:Adoremos a nuestro Redentor, que por nosotros y por todos los hombres quiso morir y ser sepultado para resucitar de entre los muertos, y supliquémosle diciendo:
R: Señor, te piedad de nosotros.

V: Señor  Jesús, de tu corazón traspasado salió sangre y agua, signo de cómo la Iglesia nacía de tu costado; por tu muerte, por tu sepultura y por tu resurrección vivifica, pues, a tu Iglesia. Oremos.
R: Señor, te piedad de nosotros.

V: Tú, que te acordaste incluso de los apóstoles, que habían olvidado la promesa de tu resurrección, no olvides tampoco a los que por no creer en tu triunfo viven sin esperanza. Oremos.
R: Señor, te piedad de nosotros.

V: Cordero de Dios, Víctima pascual inmolada por todos los hombres, atrae desde tu cruz a todos los pueblos de la Tierra. Oremos.
R: Señor, te piedad de nosotros.

V: Dios del universo, que contienes en ti todas las cosas y aceptaste, sin embargo, ser contenido en un sepulcro, libra a toda la humanidad de la muerte y concédele una inmortalidad gloriosa. Oremos.
R: Señor, te piedad de nosotros.

V: Cristo, Hijo del Dios vivo, que colgado en la cruz prometiste el paraíso al ladrón arrepentido, mira con amor a los difuntos, semejantes a ti por la muerte y la sepultura, y hazlos también semejantes a ti por su resurrección. Oremos.
R: Señor, te piedad de nosotros.

Padre nuestro,
que estás en el cielo,
santificado sea tu nombre,
venga a nosotros tu reino,
hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo.

Danos hoy nuestro pan de cada día;
perdona nuestras ofensas
como también nosotros 
perdonamos a los que nos ofenden;
no nos dejes caer en la tentación,
y líbranos del mal.
Amén.

ORACIÓN FINAL: 
V: Mira, Señor de bondad, a tu familia santa, por la cual Jesucristo, nuestro Señor, aceptó el tormento de la cruz, entregándose a sus propios enemigos. Por nuestro Señor.
R: Amén.