miércoles, 20 de abril de 2011

IMAGEN DE PONCIO PILATO


La escultura es obra del imaginero de Mairena del Aljarafe Rafael Martín Hernández, realizada en madera de cedro real de Brasil y policromada al óleo a base de veladuras, de tamaño natural y con proporciones praxitelianas.

Esta talla escenifica el momento durante el proceso de Jesús en el que baja de su tribuna calmando con la mano derecha a la muchedumbre, mientras ordena al soldado romano situado en la delante de la escena la colocación al cuello de Jesús de la tabella o titulus crucis. Este elemento de madera, con el motivo de la sentencia grabado en latín, griego y arameo según los evangelios, recogería las palabras “Jesús Nazareno, Rey de los Judíos”. Era costumbre en Roma que los condenados a muerte llevaran colgado hasta su ejecución un letrero al cuello con las causas de su castigo, con el propósito de informar a la población y así servir de escarmiento. Este objeto sería el que posteriormente se colocaría sobre el stipes o palo vertical de la cruz y que popularmente se conoce como INRI.

Busto de barro cocido
En cuanto a los rasgos faciales de Pilato, el autor hace uso de tipologías fisiognómicas capaces de sugestionar y evocar aspectos del carácter visceral y autoritario de Pilato, huyendo de la visión amable y exculpatoria que del personaje han realizado innumerables artistas y acercándose de esta manera al carácter personal y a los hechos revelados por historiadores.

Dos características que son fundamentales para considerar esta talla como una obra fidedigna son: en primer lugar, que se presenta imberbe, pues a principios del siglo I los romanos estaban obligados a rasurarse o depilarse incluso la barba por completo; y también la tipología del peinado, pues responde a la tradición mantenida hasta el siglo II, en la que lo más usual era raparse o llevar el cabello muy corto, echándolo hacia delante. La moda del peinado masculino la marcaban los emperadores, quienes imprimían en las monedas su retrato, para darlo de esa forma a conocer al pueblo.
El peinado recreado en este Pilato sigue las directrices de los bustos conservados del emperador Tiberio, en los que el cabello es peinado hacia delante, dibujando un corte recto sobre la frente.



En el cuerpo y extremidades se ven los conocimientos anatómicos del artista y hace de Pilato un personaje rebosante no sólo de fuerza psicológica con su expresión, sino también de fuerza bruta, representada especialmente en esos hercúleos brazos, que, además han sido realizados en talla directa junto a las manos; igualmente, es muy destacable el contraposto de la figura, que va desde la axila izquierda hasta el muslo, y que otorga a la talla mayor movimiento y dinamismo, que a su vez ayuda al diálogo compositivo y artístico con el resto de imágenes del misterio.